• Caída de producción de cobre después de 2024 afectará sustancialmente las arcas fiscales.  Además, el canon minero y regalías para las regiones se verán fuertemente afectados, advirtió el analista Rubén Arratia de la consultora Wood Mackenzie.

El agotamiento de reservas mineras de cobre en el mundo y la mayor dureza de las leyes (para producir minerales de manera amigable con el medio ambiente) originarán que para el 2030 se cree una brecha entre la producción y la demanda de este mineral que ascendería a 6 millones de toneladas.

Así lo indicó el experto en economía de minerales de la consultora Wood Mackenzie, Rubén Arratia, quien destacó que solo en el sector transporte, la transformación a vehículos eléctricos originará una mayor demanda de cobre. Así por ejemplo, dijo que un vehículo que utiliza normalmente 60 kilos de cobre ahora requerirá el doble o triple, lo que hará que la demanda por el metal rojo se mantenga robusta.

Destacó que en el mundo hay alrededor de 80 proyectos de cobre (en Perú existen 21 proyectos) que deberán ejecutarse para poder satisfacer la demanda a futuro. Añadió que los países Latinoamericanos que más cobre producen son Chile, Perú y México, siendo este último el más competitivo, ya que en Chile el costo de energía es muy alto y en Perú las 470 normas legales que existen, así como las 30 instituciones involucradas en la obtención de permisos retrasan la ejecución de los proyectos productivos.

“En el súper boom de los precios, en nuestro país se crearon cientos de permisos que hacen muy difícil no solo la exploración sino también la operación minera.  Se deben eliminar permisos críticos que retrasan la inversión y el empleo”, sostuvo.

Panorama peruano

Rubén Arratia detalló que de 1990 a 2015, la producción de cobre por parte de Perú se incrementó significativamente, pero en los últimos cinco años (2015-2020) se estancó; sin embargo, con el ingreso de Toromocho, Mina Justa y Quellaveco, habrá un impulso.

A pesar de ello, dijo que la producción de cobre disminuye en Antamina, Quellaveco, Las Bambas y Zafranal. Agregó que hacia 2024 la producción máxima de cobre de Perú será de 2.75 millones de toneladas (en Chile será 6.10 millones toneladas).

“Si no se hace nada, en cinco años más la producción de cobre se reducirá en 1 millón de toneladas y al 2040 bajaría en 1.4 millones de toneladas. El desafío es sacar adelante los proyectos”, manifestó.

El especialista señaló que en todos los países las minas bajan su producción cuando reducen sus leyes, y lo que hacen es expandir sus operaciones (brownfield); sin embargo, en Perú esto no se puede realizar de manera acelerada debido a los requisitos exigidos (consulta previa, entre otros).

Agregó que a 2030, los proyectos que tiene Perú en su mayoría serán nuevos (greenfield), pero Chile tiene ventaja por tener más proyectos de expansión (brownfield). En tanto, el país incaico tiene muy pocos proyectos de expansión (Toromocho y Toquepala ya salieron).

“Es un desafío para Perú sacar adelante los proyectos que tiene, lo que generaría rápidamente trabajo. Además de los casos de Tía María o Conga, los casos más rápidos para sacar proyectos son estas expansiones”, añadió.

El representante de la consultora Wood Mackenzie proyectó que la caída de producción de cobre después de 2024 afectará sustancialmente las arcas fiscales, además el canon minero y regalías para las regiones que se verán fuertemente afectadas. También afectaría al tipo de cambio.

Dato

. Se estima que este año el PBI del Perú caería entre 12% y 13%, lo que significaría una reducción de US$ 30.000 millones. Si Perú pudiera desarrollar los 21 proyectos mineros de cobre que tiene, la inversión (capex) alcanzaría los US$ 32.000 millones.