• Las inversiones en infraestructuras de gran envergadura que realizan las empresas mineras  pueden ayudar a estimular otras actividades económicas en el caso que se planifiquen y diseñen en consonancia con las necesidades locales., según reporte del International Council on Mining and Metals.  

De acuerdo con un reciente informe del International Council on Mining and Metals (ICMM), las empresas mineras responsables en las últimas dos décadas han optado por integrarse con la economía de las zonas donde operan y por mejorar la calidad de vida de las poblaciones aledañas.

“A menudo las comunidades presentan necesidades muy amplias y, pese a que las compañías mineras tienen la responsabilidad de generar rentabilidad para los accionistas y los gobiernos de los países en los que operan, a través de la explotación responsable de los recursos minerales, no pueden solucionar todos los problemas relacionados con la pobreza y el atraso”, precisa el reporte.

En este contexto, añade que el trabajo articulado puede desempeñar un papel muy importante, en la medida que permite aprovechar las competencias clave de los diferentes sectores de la sociedad –Gobierno, empresas y comunidades– para lograr avanzar hacia la resolución de los problemas sociales y medioambientales.

En el ámbito del desarrollo regional, apunta el documento, las inversiones en infraestructuras de gran envergadura que realizan las empresas mineras pueden ayudar a estimular otras actividades económicas en el caso que se planifiquen y diseñen en consonancia con las necesidades locales.

“Mediante la integración de dichas inversiones en un plan de desarrollo regional, los gobiernos pueden evitar crear una cultura de dependencia con respecto a los proyectos mineros. También están en la posibilidad de diversificar las actividades económicas con el objeto que estas perduren tras el cierre de las operaciones”, precisa el ICMM.

Otra forma de impulsar el desarrollo en sus zonas de influencia, es a través de la contratación de mano de obra y la adquisición de materiales y servicios de empresas de las comunidades locales.

“Si bien la minería es una actividad que genera un volumen de empleo directo relativamente bajo –rara vez representa más de un 2% de la ocupación total–, los vínculos que crea entre los diferentes sectores de la economía local generan efectos multiplicadores”, indica el informe.

En ese sentido, agrega que estos impactos pueden adoptar la forma de adquisiciones en los eslabones anteriores de la cadena de suministro o bien beneficios posteriores como la transformación de metales o minerales.