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Colombia: la apuesta del sector industrial por la eficiencia energética

Colombia: la apuesta del sector industrias por la eficiencia energética
  • De acuerdo con una encuesta de percepción realizada por la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) en 2019, a empresas del sector industrial, el 23,6% consideraba que la mejora de procesos en términos de eficiencia e innovación era un factor clave para favorecer el desempeño de las organizaciones en el 2020.

En Colombia, el consumo de energía en la industria representa el 22% de la energía nacional, ubicándose en el segundo sector de consumo energético en el país. Debido a su importancia, la implementación de acciones de eficiencia energética les permite a los empresarios acceder a incentivos como la deducción de impuestos sobre la renta, exclusión del IVA, exención de gravámenes arancelarios gracias a la Ley 1715 de 2014.

Además, ser pasibles de nuevos mecanismos de financiación como las líneas de crédito verde.  Como asegura Luis Prieto, coordinador técnico y administrativo del Proyecto NAMA Industria (liderado por la Corporación Ambiental Empresarial (CAEM)), “estos cambios aportan al mejoramiento de la imagen corporativa donde varias iniciativas como el Premio a la Eficiencia Energética, reconocen la gestión que emprenden las organizaciones en el ámbito energético”.

Estos cambios a su vez conducen a la reducción de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) que produce el sector industrial, lo que es clave para el cumplimiento de los compromisos adquiridos a nivel internacional por Colombia en la lucha contra el Cambio Climático, donde se espera que al 2030 el país haya alcanzado la reducción del 20% de sus emisiones, explica Prieto.

Apuesta por la eficiencia energética

De acuerdo con una encuesta de percepción realizada por la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) en 2019, a empresas del sector industrial, el 23,6% consideraba que la mejora de procesos en términos de eficiencia e innovación era un factor clave para favorecer el desempeño de las organizaciones en el 2020, nos recordaba el representante del del Proyecto NAMA Industria.

En ese sentido, evaluar el costo de la energía y su eficiencia no son temas nuevos en la industria, pero sí relevantes en este contexto de crisis.

Pero, ¿qué se necesita para realizar estas mejoras en la industria y así poder acceder a estos beneficios? Lo principal es entender que todas las organizaciones sin importar el tamaño, o el sector pueden implementar acciones de eficiencia energética, pues estas se realizan a diferentes escalas y con diferentes soluciones como mejoras en prácticas operativas, cambios en diseño de infraestructura o sustitución de tecnologías.

Según William Rozo, diseñador de producto en la Industria alimenticia y con más de diez años de experiencia en el sector, para iniciar, las empresas deben realizar un análisis del consumo de energía en las diferentes áreas de producción, incluida el área administrativa. Con la recolección de esta información ya se pueden tomar acciones sencillas que no requieren de una inversión alta y sí generan grandes beneficios como la limpieza de ventanas, tragaluces y tejas traslucidas.

Así mismo, explica el especialista, promover campañas de ahorro, desconectar los equipos eléctricos de las oficinas que no estén en uso, configurar los sistemas de aire acondicionado a una temperatura de confort entre 22 y 24 grados centígrados, revisar fugas y daños en las maquinarias, entre otras acciones.

“Se pueden instalar ventanas, claraboyas o tejas claras para que pueda pasar la luz. En regiones con altas temperaturas techos altos para que no traspase tanto la luz, tejas aislantes y corrientes de aire para que no se cuele el calor”, afirmó Rozo. En el caso de sustitución de tecnologías se pueden hacer cambios en equipos más eficientes y menos robustos como con el paso a motores de alta eficiencia, la implementación de variadores de frecuencia, mantas térmicas o un sistema solar fotovoltaico.

Challenger: un caso de éxito en Colombia

La empresa colombiana Challenger, líder en la producción de electrodomésticos, fabricación de cocinas y muebles laminados, con presencia en diferentes países de la región como Perú, Ecuador, Chile, Venezuela, Bolivia, entre otros, decidió, hace seis años, implementar mejoras para el ahorro de energía en sus plantas de producción, pues entendieron la necesidad tanto ambiental como económica de las mejoras.

Según Mauricio Parra, gerente de mantenimiento de Challenger, las medidas contaron con la aprobación de la alta gerencia de la empresa, una de las claves para su implementación. Una vez que se reconoció la necesidad, se capacitó al personal en el ahorro de energía con apoyo de la CAEM, del Servicio Nacional de Aprendizaje – SENA y de la Universidad Nacional de Colombia para identificar dónde se generaba mayor gasto y cuáles podrían ser las medidas.

Según Parra, la primera medida fue el análisis de consumos en máquinas, oficinas del área administrativa y las plantas de producción, revisando máximos consumos para iniciar con el ahorro de energía. “Los primero que hicimos fue un listado de qué teníamos y qué consumos y ahí empezamos a atacar uno por uno. Nos pusimos metas de reducción que hemos venido cumpliendo”.

Uno de los principales cambios fue incluir el uso de variadores de frecuencia en seis máquinas troqueladoras para reducir su intensidad cuando las máquinas están en descanso. Además, instalaron mantas térmicas para regular la temperatura cuando las máquinas no están en uso. El cambio de luminarias también fue un factor clave, pasaron al uso de lámparas LED ahorradoras. Con esta medida además de generar ahorro en el costo del servicio se logró una mejora en la calidad de vida de los empleados, mejorando el ambiente de trabajo, aseguró Parra.

Por último, desde hace dos años decidieron hacer el cambio a un sistema solar fotovoltaico con el que han logrado una reducción de hasta 90 millones de pesos colombianos en la factura de energía. Ahora el 30% de la energía que consume Challenger proviene de este tipo de energía y, según indicó Parra, si bien la inversión de este sistema es alta, el retorno de la inversión proyectada es muy satisfactoria. Además, gracias a las medidas del gobierno nacional existe una exención de impuestos para la compra de estas soluciones.

“Es una inversión que vale la pena hacer, con este ahorro se puede competir en precios” concluyó.

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