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El difícil trance de hacer empresa en Colombia

El gobierno nacional intenta fomentar el emprendedurismo, pero hay factores estructurales que traban no solo los nuevos proyectos, sino que impiden el desarrollo de los que ya operan en el país. A esto se suma la coyuntura de pandemia. María Alejandra Osorio, subdirectora de la Acopi Bogotá-Cundinamarca, ofrece importantes definiciones al respecto.

En una crisis como esta no se puede descargar la responsabilidad sobre los trabajadores, pero tampoco sobre las empresas que no tienen la posibilidad de solventar una situación así. El gobierno nacional en representación del Estado es el único que puede solventar la mayor parte de la crisis”. Es así como María Alejandra Osorio finaliza la entrevista en la que analizamos la dura situación por la que pasan los micro, pequeños y medianos empresarios en Colombia.

María Alejandra Osorio es la subdirectora ejecutiva de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas Acopi seccional Bogotá-Cundinamarca. Acopi cuenta con miles de afiliados y fue creada en 1952 con el objetivo de impulsar, establecer y mantener convenios con empresas de diversos sectores. María Alejandra, politóloga de la Universidad del Rosario, es la vocera designada por la Junta Directiva de Acopi Bogotá-Cundinamarca.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas DANE asegura que las Pequeñas y Medianas empresas representan el representan el 35% del Producto Interno Bruto, generan el 80% del empleo y constituyen el 90% del sector productivo de Colombia, pero  deben sortear inmensas dificultades para su subsistencia. ¿Por qué pasa esto en un país como Colombia? ¿Cuales son los motivos para que las Pymes tengan dificultades, no solamente mientras atravesamos por la pandemia sino en su día a día?

Iniciar contándoles que nuestra vocación es a la Micro, Pequeña y Mediana empresa.  Este es un segmento del que mucho se habla, en las últimas décadas ha habido una explosión de literatura económica y académica sobre este tema. Cuando uno se da cuenta quiénes son los que representan este segmento puede ver que son el pequeño tendero, el pequeño comercio de barrio, el pequeño empresario que tiene un taller, una empresaria incluso, madre cabeza de familia, que sucede mucho en nuestro país. Pero también estamos hablando de pequeñas fábricas que ya tienen una estructura, que ya empiezan a tener un andamiaje y que tienen hasta 200 trabajadores. Esto para señalar que son empresas muy variopintas, tienen al interior de ellas unas características bastante variadas.

Colombia en general ha venido sufriendo desde hace varias décadas un proceso de desindustrialización, proceso que se ha venido permeando especialmente por políticas como lo fueron la apertura económica y la implementación de tratados de libre comercio como un mecanismo de competitividad para el país. Cuando se evalúa su desempeño, lo que encuentra es que para el sector nacional, las implicaciones han sido bastante negativas. A señalar algunos datos importantes: hemos ido remplazando en nuestro mercado interno por un alto porcentaje de mercancía importada; una de las promesas que se hicieron allí es que el país iba a vender mucho más de lo que iba a comprar, pero lo que hemos visto es el fenómeno completamente contrario. Son los tratados de libre comercio que nos han servido para comprar más del extranjero que lo que nos han servido para vender nuestros productos.

Además, lo que observamos es la destrucción de muchas de las cadenas de valor que habían generado empleo y desarrollo y generación de riqueza que es un aspecto supremamente importante. Es el caso de las confecciones, desde lo ligado con el sector agropecuario con el algodón, pasando por los botones, las textileras, las confecciones, hasta lo más desarrollado de esa cadena que llegaba a ser el diseño. Ya hoy en día lo que encontramos es un alto porcentaje de este sector que tiene importaciones que ni siquiera pueden competir contra los costos de producción del país.

Ahora sí para contestar tu pregunta, ¿cuáles son los obstáculos que tienen nuestras empresas nacionales? Por una parte tienen unas dificultades de costo país. Los costos asociados a los temas de impuestos que son tan criticados al interior de nuestro país por ser tan altamente inequitativos y con falta de progresividad. Un segundo componente es la falta de competitividad país y esa viene derivada de políticas que no le han servido a nuestro sector a nivel nacional. Para que un país prospere tienen que prosperar sus empresas quienes son las generadoras de riqueza y de valor agregado y esto se logra fortaleciendo sectores estratégicos como la agroindustria. Nuestro país está ligado de manera definitiva al campo, pero también fortaleciendo bienes intermedios que puedan fomentar las cadenas manufactureras.

Con relación al tema del Conpes que viene a ayudar el emprendimiento, y que acaban de firmar su aprobación, además está próximo a firmarse la aprobación de la ley de emprendimiento, ¿de qué manera las Pymes pueden venir a hacer parte de ese proceso que está queriendo plantear e gobierno?

Hay que fomentar la cultura emprendedora en el país y eso no es que esté mal, pero cuando vemos que lo que está sucediendo en el país es la destrucción de empresas que incluso de capital extranjero venían y se asentaban en el país, pero ya no encuentran formas de sobrevivir aquí, uno sí se pregunta si el enfoque debería ser hacia el emprendimiento o hacia fortalecer y hacer que las empresas que hoy están en riesgo de cerrar, sobrevivan.

Cuando uno habla con estos empresarios dicen estamos a punto de cerrar porque no somos competitivos, mi empresa no es rentable acá y me es más rentable ubicarme en otro país. En ese sentido, lo planteado por el gobierno nacional, nosotros sí  consideramos desde Acopi Bogotá que es insuficiente, que es una política que se queda corta para las expectativas que tiene hoy el tejido empresarial y donde sí, estamos de acuerdo en que debemos impulsar el emprendimiento, pero desafortunadamente por el ambiente que no es propicio para las empresas esta ley y  se va a quedar muy corta. Lo que muestran las encuestas es que solo el 30% de las empresas logran superar el primer año de constitución y eso se debe a las dificultades tan altas que tienen las empresas para poder consolidarse y pasar de ser un emprendimiento a convertirse en una empresa que es básicamente el sueño.

Según  datos presentados por Acopi los ingresos de dos terceras partes de estas empresas se han reducido en más del 50%, y un 20% de ellas está considerando la opción de acogerse a ley de Insolvencia. ¿Cuáles han sido los sectores económicos más afectados por la pandemia? 

Los sectores que han sido más afectados en la pandemia puede tener muchos elementos de análisis. Cuando uno habla con los empresarios lo que dicen es que “hoy después de los cierres, cuando estamos haciendo proceso de reapertura, todavía estamos cubriendo nuestros costos”. Es decir que el riesgo todavía es muy alto. En términos generales y conforme a las cifras oficiales que tiene el DANE lo que uno sí puede señalar es que los sectores más afectados estuvieron concentrados en el turismo, en el sector de gastro bares donde la mortalidad de las empresas es casi de un 70% que no pudieron sobrevivir ni siquiera a la primera parte de los cierres de la economía, y también cuando uno examina manufactura se da cuenta que de los sectores más afectados se encuentra el calzado, las confecciones, porque obviamente sí hubo una contracción en el gasto de estos. Los bienes intermedios tuvieron una caída muy fuerte y en general la contracción es bastante alta.

¿Cuales fueron estas propuestas que han generado desde Acopi seccional Bogotá-Cundinamarca para apoyar a las Pymes en la recuperación económica y cuáles de estas han sido consideradas con mayores y mejores resultados para la reactivación?

Nosotros fuimos el primer gremio en señalar que debería existir un subsidio a la nómina. Fue una propuesta que hicimos desde el primer día de la pandemia el 20 de marzo. Sin embargo esta llegó casi en el mes de junio y con niveles de acceso bastante bajos. Esto no logró atender ni al 10% del sector formal de antes de la pandemia, cerca de 140.000 empleadores. El subsidio estuvo además concentrado mayormente en las grandes empresas. Lo segundo fue en el tema normativo, temas de incapacidades médicas, pues han venido surgiendo unas necesidades tanto para los empleadores como para los trabajadores. Al principio no estaba claro quién financiaba la incapacidad, allí habían unas dificultades, también hicimos unas propuestas que han sido acogidas.

Nosotros sí creemos que una posible solución a una crisis como esta ya la han dado algunos académicos importantes y ha estado demostrado en otras crisis, obviamente esta es de magnitud mayor, son todas las medidas económicas contracíclicas. Eso quiere decir que se incentive el gasto público, que se incentive el empleo a través de empleos rápidos. Estamos de acuerdo con lo que ha venido pasando en Bogotá que se incentivaron obras públicas, también creemos que se deben incentivar en el mediano plazo industrias manufactureras como una apuesta de generación de valor agregado, no solamente la construcción que se queda en una mano de obra muy de baja calificación, sino buscar procesos que nos ayuden a tecnificar y a hacer uso de nuevas tecnologías.

En una crisis como esta no se puede descargar la responsabilidad sobre los trabajadores pero tampoco sobre las empresas que no tienen la posibilidad de solventar una situación como esta. El gobierno nacional en representación del Estado es el único que puede solventar la mayor parte de la crisis.

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