Entre 7% y 8% del presupuesto mundial para exploraciones mineras podría ser captado por Perú, señaló el vicepresidente de Operaciones de Minera Las Bambas, Zetti Gavelán.

Perú ha sido ‘bendecido’ por la cantidad y diversidad de minerales que tiene, lo que le permite la posibilidad de desarrollar la industria minería y tenerla como un instrumento de progreso, señaló el vicepresidente de Operaciones de Minera Las Bambas, Zetti Gavelán Chávez.

Destacó que nuestro país tiene una capacidad de poder absorber exploraciones mineras de una manera muy importante. “Se estima que entre 7% y 8% del presupuesto mundial de exploraciones podría ser captado por Perú simplemente por sus bondades geológicas”.

Para ponerlo en números, dijo que el presupuesto anual de exploración metálica a nivel mundial es entre US$ 8.000 millones y US$ 9.000 millones, y Perú puede acceder al 7% u 8% de ese monto cada año, algo que podría ser suficiente para mantener la exploración durante 50 años en el país y generar un gran beneficio económico para los peruanos.

“Actualmente el cobre es nuestro producto estrella o el que hemos desarrollado en mayor profundidad en los últimos años, y nos hemos posicionado como los segundos productores mundiales de este metal; sin embargo es conocido que nuestro potencial es gigantesco, solamente en los yacimientos que conocemos actualmente -si los pusiéramos en valor- podríamos superar al primer productor de cobre en el mundo que es Chile, eso significaría duplicar aproximadamente nuestra producción y llegar casi a las 5 millones de toneladas de cobre fino al año”, sostuvo.

Zetti Gavelán detalló que cada 400 mil toneladas de cobre impactan en el 1% del PBI del país, por lo que, si Perú pudiese duplicar su producción actual de dicho metal, el impacto en la economía llegaría a ser aproximadamente el 5% del PBI. “Si eso lo lográramos sostener, más todo lo demás que tenemos en nuestro país, podría crecer a tasas de 8% o 9% anual, lo cual sí haría una gran diferencia y nos llevaría al progreso rápidamente”.

En ese sentido, resaltó que el potencial geológico estimado (explotándolo de una manera racional, dentro de los cánones de la minería formal) sería suficiente para 100 años, por lo que sería un impacto increíble en la economía peruana si solo logramos duplicar la producción de cobre.

Sin embargo, indicó que para ello se necesita la promoción de la sostenibilidad de las exploraciones, algo en lo que lamentablemente no estamos siendo muy efectivos, ya que desde el 2017 existe un Decreto Supremo (D.S. N° 042) que pone ciertas normativas ambientales muy difíciles de cumplir a la exploración minera, que es una actividad básicamente de prospectiva y que no tiene el impacto que tiene la operación, pero que impiden precisamente ampliar exploraciones, yacimientos y potencial.

Otro punto importante que limita las exploraciones es la consulta previa, que antes solo se aplicaba a las operaciones, sin embargo, desde hace algunos años se aplica también a las exploraciones. Al respecto, dijo que de cada 1.000 prospectos mineros que tiene Perú, solamente 100 llegan a ser proyectos de exploración; y de estos 100 proyectos de exploración solamente 1 llega a ser operación.

“Cuando ponemos estas restricciones a nuestra prospección nos estamos privando de una manera enorme todo el potencial que podemos desarrollar en nuestro país. Nosotros fuimos bendecimos con esta geología, hemos sido bendecidos con estos yacimientos y con esta diversidad de metales y debemos desarrollarlas”, aseveró.

Minería actividad con mayor regulación

En otro momento, el representante de Minera Las Bambas, manifestó que una de las cosas que la minería peruana necesita es sacarse los prejuicios y verla de una forma objetiva, ya que el sector carga con un estigma en el tema ambiental de manera injusta, muchas veces por falta de conocimiento.

“La minería debe ser una de las actividades más reguladas en temas ambientales, si no la mayor, no solamente en Perú sino en el mundo. Estas regulaciones no solamente provienen de las legislaciones que existen en los países o las regulaciones internacionales o las buenas prácticas, sino también a través de las asociaciones y las prácticas que la misma industria autorregula, tratando de elevarla de una manera que somos líderes en la industria”, destacó.

Señaló que el tema ambiental ha evolucionado de una manera extraordinaria en las últimas cinco décadas y sigue evolucionando gracias a los avances tecnológicos y en esto la industria minera peruana ha sido líder y está llevando a otras industrias a cumplir altos estándares ambientales.

Según Ingemmet, en Perú aproximadamente 600.000 hectáreas están dedicadas a la minería, tanto a la exploración y a la explotación; es decir el 0.47% del territorio está afectado por esta industria. Asimismo, cuando se separa tanto la labor de exploración y la explotación,  esto fácilmente llega a una proporción de 10 a 1, si no es más. “Muchas veces escuchamos que el 30% del país se utiliza para esta actividad o que el 50% está concesionado, eso es bastante lejano e impreciso”.

En cuanto al tema del agua, dijo que de acuerdo a la Autoridad Nacional del Agua (ANA) la minería utiliza el 1.5% de todo el recurso hídrico que está disponible en nuestro país, por lo que es una de las industrias que usa menor cantidad de agua y además la procesa, reprocesa y la reutiliza de una manera bastante innovadora en muchas operaciones.

Agregó que de este 1.5% de agua que utiliza la minería, solamente el 0.8% es de agua superficial, es decir del agua que proviene de las lluvias, que se renueva permanentemente cada año; mientras que el 0.7% pertenece al agua subterránea. Sobre la recirculación o reutilización de agua (también llamada eficiencia hídrica) en las operaciones, indicó que esta llega al 95%, con una recirculación del 100%, lo cual no lo hace ninguna industria.

“La dicotomía entre agro y minería es otra imprecisión. Si observamos el desarrollo regional que hemos tenido en nuestro país en los últimos 20 años, precisamente donde la minería se ha desarrollado es donde el agro se ha desarrollado. Algunos casos emblemáticos los  podemos ver en Arequipa, donde en la medida que la minería creció el agro también lo hizo”, finalizó.